Mesa contra la exclusión de Tetuán (Madrid): un futuro por compartir
carta de Invisibles de Tetuán publicada en Cuadernos de Trabajo Social, volumen 30, nº 1 (2017): Ética y trabajo social, en la sección de Varios
La revista CTS dedicó el editorial del número 29-1 (enero de 2016) a la compleja coyuntura que atraviesan las trabajadoras y los trabajadores sociales y, para ello, partió de un hecho concreto: el enfrentamiento que se había producido un año antes entre la sección sindical de CC.OO. del Ayuntamiento de Madrid y nuestro pequeño grupo de Invisibles 15M del distrito madrileño de Tetuán. Un conflicto que quedó plasmado en dos escritos recogidos en el mismo número de la revista en el apartado Varios.
Desde finales de mayo de 2011, en que se constituyó la asamblea 15M de Tetuán, buena parte del trabajo desarrollado se centró en detener los desahucios, poner en marcha un banco de alimentos autogestionado y promover una red de apoyo mutuo para las familias más afectadas por la crisis. Así surgió, en diciembre de 2013, Invisibles de Tetuán, que llevó a cabo varias campañas para visibilizar la pobreza y estableció un encuentro semanal, los jueves por la tarde, para salir al paso de problemas concretos de la gente y tratar de resolverlos desde el apoyo mutuo. Con frecuencia ello implicaba acompañar a la persona afectada, si ésta lo veía oportuno y sentía necesitarlo, cuando se tenía que acudir a los Servicios Sociales, al Instituto de la vivienda de Madrid (IVIMA), a la Empresa municipal de la vivienda y suelo (EMVS) o a otras instituciones. Estos acompañamientos dieron lugar, en el caso de los Servicios sociales, a quejas de acoso por parte de los profesionales, de lo que se hizo eco el texto de CC.OO., al que siguió nuestra respuesta de descargo, que reclamaba la defensa de las víctimas a través del apoyo mutuo.
El debate planteado por el editorial de CTS se prolongó después, por iniciativa de la propia revista, en el Coloquio que tuvo lugar en la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Complutense, el 7 de abril de 2016, con el expresivo título Repensar los Servicios Sociales. Cuando la participación interpela al trabajo social. En este encuentro pudimos expresarnos libremente, no sólo CC.OO. y nosotros, sino también otros muchos agentes implicados (entre ellos la Presidenta de la Junta Municipal de Tetuán y la Jefa de Servicios Sociales del distrito). El intercambio de puntos de vista funcionó con agilidad y todos parecíamos coincidir en el deseo de remar juntos —políticos, profesionales y movimientos vecinales— para tratar de resolver los problemas y emergencias que afectan a una parte creciente de la población.
Por otra parte, en el distrito de Tetuán, la asamblea 15M y sus grupos de Antidesahucios, Banco de alimentos e Invisibles, después de varias experiencias fallidas de coordinación en 2015, dedicamos varios meses a elaborar una propuesta de Mesa contra la Exclusión y las Emergencias Sociales, que presentamos el 7 de marzo de 2016 a la presidenta de la Junta, Montserrat Galcerán, y después, el 4 de abril, a las y los profesionales de Servicios Sociales y otros departamentos municipales, obteniendo de todos ellos un apoyo pleno a la propuesta. Así, en un ambiente de cooperación, se llevó a cabo la primera Mesa contra la exclusión en la Plaza de la Remonta el 6 de mayo, a la que siguió otra el 21 de junio, esta vez ya con decisiones importantes alcanzadas mediante consenso, que ahora tratamos de llevar adelante.
Es justo en este momento —junio de 2016— cuando la revista CTS publicaba un nuevo texto en su sección de Varios donde la Jefa de Servicios Sociales del distrito de Tetuán, Blanca Azpeitia, volvía a cuestionar la forma de trabajo de Invisibles con los antiguos argumentos de CC.OO., que ya parecían superados. Al menos superados en la práctica por la autora del escrito y los miembros de la Asamblea 15M de Tetuán en la nueva etapa de la Mesa contra la Exclusión, donde estamos trabajando juntos y con notable potencia creativa. Por eso, aunque se trate de un texto que no compartimos y que nos parece poco respetuoso hacia nuestro colectivo además de extemporáneo, no queremos entrar en nuevas polémicas y alimentar un incendio que ya creíamos apagado y que podría poner en cuestión lo que con tanto esfuerzo estamos construyendo en común.
Sólo vamos a plantear nuestra opinión sobre uno de los argumentos del escrito de Blanca Azpeitia que cuestiona nuestra práctica de los acompañamientos y los contrapone a la forma de trabajo de la Plataforma de afectados por la hipoteca (PAH) o de Yo Sí Sanidad Universal. Mientras estos movimientos «centraron su acción y la dirigieron a los centros decisorios, promoviendo cambios legales» nosotros nos habríamos centrado en «presionar a las y los profesionales de atención primaria [social]». Una contraposición sorprendente, cuando precisamente nuestra práctica había partido y se había desarrollado en estrecha conexión con esos dos movimientos.
Por descontado, la PAH y Yo Sí Sanidad Universal luchan por los cambios legales necesarios, pero esa no es su esencia; eso también podría hacerlo un partido político por ejemplo. La PAH y Yo Sí Sanidad Universal nos han dicho también que «Si queréis que respetemos la ley, haced leyes respetables», llevando a cabo un inmenso trabajo de acompañamiento, mucho mayor que el nuestro.
Acompañamiento, exponiendo el cuerpo y la propia libertad, en cientos de desahucios; acompañamiento en las visitas a los bancos desahuciadores; acompañamiento ante instituciones públicas gestoras de vivienda social; acompañamiento a centros de salud y hospitales para conseguir que se atendiese a las personas que lo necesitan. Si hoy hay vecinas y vecinos de Tetuán con petición de varios años de cárcel no es sólo porque pidieran que se cambiasen las leyes sino porque se ha querido criminalizar a quienes protegen el derecho a la vivienda en el día a día, sean cuales sean las leyes.
En esos acompañamientos, ni la PAH ni Yo Sí Sanidad Universal se encontraban delante a ministros, diputados o grandes banqueros, ni a quienes «vendieron» las viviendas públicas a fondos buitres, sino que se encontraban con policías nacionales y municipales, agentes judiciales, cerrajeros, funcionarias y funcionarios del IVIMA o la EMVS, trabajadores bancarios, personal administrativo o sanitario del Sistema Público de Salud, con muchas actitudes diferentes: desde la solidaridad explícita con la gente hasta la complicidad con el sistema e incluso la violencia gratuita «más allá del deber», pasando por el mero «cumplir su trabajo» con desgana y sin empeño.
La PAH o Yo Sí Sanidad Universal nunca olvidaron quiénes eran los verdaderos causantes de los desahucios y los recortes sanitarios, ni dejaron de trabajar por el cambio de las leyes; pero no por ello renunciaron a presionar sobre el terreno para resolver en cada caso la falta de recursos básicos de vivienda o atención sanitaria. Son nuestra inspiración y no es correcto pretender oponernos a ellos. Nadie ha hecho tantos acompañamientos como la PAH o Yo Sí Sanidad Universal.
En nuestra práctica entendemos los acompañamientos como una forma de apoyo mutuo y de ejercicio de un saber colectivo fruto de la experiencia y del estudio, que no niega el saber de las y los profesionales, pero que reclama que se le tome en consideración como parte de la política social, más aún cuando se trata de un saber construido sobre mucho sufrimiento. Lo que implica a veces presionar a los profesionales, cuando entendemos que no se respetan los derechos de las víctimas, algo que, por supuesto, hacemos sin violencia. Porque la idea de «acompañamiento» no es la de una banda de matones que pretende intimidar, sino la defensa del derecho que asiste a las personas en situación vulnerable de acudir a los Servicios Sociales, si así lo desean, acompañadas de otras personas, a fin de superar la compleja maraña legal y la desinformación, compartir nuestras experiencias y saberes comunes, y darnos apoyo moral en unas situaciones que provocan mucho desgaste psicológico.
Pero incluso en los momentos de mayor tensión, Invisibles de Tetuán nunca ha visto a las y los trabajadores sociales como enemigos, y hemos mantenido un cuidado máximo en no realizar generalizaciones injustas ni críticas públicas a un colectivo profesional, en el que la inquietud social de muchas de sus integrantes nos es conocida, y con quienes compartimos un objetivo común: obtener para todas las personas los recursos básicos de subsistencia, que este sistema social niega a un sector creciente de población, y que implican como mínimo el derecho a la alimentación, el derecho a la vivienda y el derecho al trabajo.
Nuestro deseo es trabajar en pro de ese objetivo codo a codo con las y los profesionales de los servicios públicos y con los responsables políticos, en especial en el actual contexto de un gobierno como el de Madrid, que se ha comprometido a «fomentar la participación de las personas en situación de vulnerabilidad en el diseño y planificación de las políticas sociales y la intervención social» (art. 3.2.4.a del Programa Político de Ahora Madrid). Creemos firmemente que, en lugar de actuar cada cual por separado, tendremos más fuerza si quienes compartimos el mismo objetivo trabajamos unidos, aportando nuestras diversas experiencias y buscando resolver los problemas.
Hay ya varios proyectos que muestran la potencialidad de esta forma de trabajar, como la Campaña «RMI: tu derecho», donde actuamos más de 20 colectivos, entre ellos el Foro
SERVSOCIAL, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales (FRAVM), la Red de Solidaridad Popular, el Observatorio de la Exclusión Social y Procesos de Inclusión, la Coordinadora de Desempleados y Precarios, la Red de la Carta contra el Hambre, Baladre, el Espacio común 15M, la Mesa de Defensa de la Sanidad Pública (Marea Blanca), etc.
La Mesa contra la Exclusión y por los Derechos Sociales de Tetuán, donde coincidimos muchos colectivos con los responsables políticos y las y los profesionales del distrito, es un claro ejemplo en esa dirección que, por nuestra parte, queremos cuidar de cara al futuro.
Madrid, 21 de septiembre de 2016
Invisibles de Tetuán (15M)